El árbol de la Cruz.

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Pequeño extracto del apartado «El Tarot una Carta de Amor de Dios», que se encuentra en mis obras «Las Raíces Bíblicas Ocultas del Tarot» y «El Tarot Bíblico de Marsella. Las Cartas para hablar con Dios», correspondiente a los Arcanos XII, XIII, y XIV, con motivo de las fechas de Semana Santa en las que estamos.

¿Y si Dios hablara a través de las cartas?

(….) ¿Qué habría sucedido si mi Hijo Judas Iscariote nunca hubiera traicionado a mi Unigénito? Muchas veces te preguntas: ¿Por qué razón Yo no te contesto? ¿Por qué razón me quedo callado? , ¿Por qué motivo me quedo quieto y no hago nada? A muchos os gustaría que Yo os respondiera según vuestra voluntad y deseos… pero, mi forma de actuar es diferente. Yo conozco el pasado, el presente, y el futuro,  y si me quedo en silencio, es porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos.

Cuanto son los cielos más altos que la tierra, tanto están  mis caminos por encima de los vuestros, pues Yo conozco mis designios para con vosotros,  designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.

Yo tengo un propósito para cada uno de vosotros, y al igual que Judas supo cumplir con su misión en la vida, vosotros también tenéis que saber cumplir con la vuestra, lo mismo  también que supo cumplir con su misión mi amado Hijo Jesús, sacrificándose por todos vosotros en la Cruz. 

Si te fijas bien en la Cruz, verás reflejada en ella la silueta de un árbol. La madera con la que se ha hecho, el tronco en el que queda suspendido el cuerpo ejecutado con los pies clavados en él, y las ramas en las que clavan sus manos.  Todo esto, mi Amado Hijo en la Tierra, no es obra del azar.

El árbol  permite establecer una comunicación con los tres niveles del Cosmos:

El nivel subterráneo, por sus raíces que no dejan de crecer y recorren las profundidades de la tierra, en la continua necesidad de encontrar agua para alimentarse;

El nivel de la superficie, por medio de su tronco; que es el hilo conductor entre el cielo y la tierra,

y por último, el nivel de las alturas, a través de la copa y las ramas superiores, el árbol se conecta con el cielo.

En él siempre se reúnen la totalidad de los cuatro elementos naturales: el agua que fluye en su interior, la tierra que se integra en su cuerpo por las raíces, el aire que alimenta sus hojas y el fuego que surge de su fricción.

El Árbol simboliza la ascensión permanente de la tierra hacia el cielo en su verticalidad y es símbolo de Vida, por actuar como intermediario entre el cielo y la tierra.  Los hombres y mujeres lleváis en vuestro interior un árbol, por medio del cual alimentáis el deseo de crecer de la mejor manera, de evolucionar. Ese árbol interno es mi amado Hijo Jesús que habita en el corazón de cada uno de vosotros.

Su sacrificio ha conseguido que la muerte haya dejado de existir. Donde antes había oscuridad, ahora solo hay Luz, porque él es la Luz del Mundo.

Tanto amé al Mundo que entregué a mi Unigénito, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Si cumples con tu misión, alcanzarás la iluminación, y éste estado te conducirá a una transformación profunda, porque ha muerto una parte de ti que ya no necesitabas, y nace otra parte de ti  renovada en la Luz.

La muerte de Jesús os ha transmitido un mensaje muy importante «Yo soy el camino, la verdad y la vida».  Su resurrección, cambió por completo el concepto de muerte que hasta ese momento había tenido la Humanidad, y lo que os deja como enseñanza y aprendizaje es que ninguno de vosotros muere, simplemente sufrís una transformación.

En éste viaje de experiencias en la vida, sufriréis varias “muertes”, y varias transformaciones, sólo así podréis crecer y extender vuestras alas, al igual que la oruga las extiende, cuando deja su capullo convertida en una bella mariposa. Dejáis atrás lo que ya no necesitáis, y dais la bienvenida a lo nuevo que viene. Toda muerte trae consigo siempre un nuevo nacimiento. Comprende que todo muere para asegurar la vida. Si recibes el regalo de mi Hijo Jesús, me recibes a Mí, y ninguna cosa te podrá separar otra vez de mi amor.

A través de ese amor eterno que siento por ti y de la reciente transformación producida, comienzas otra etapa nueva en la que encuentras la vía en la que alcanzas la Templanza, ya que conectas con una radiante armonía, que te lleva a conseguir un equilibrio interior entre lo material y espiritual. Sólo de esa manera puedes lograr alcanzar la felicidad. Además, es necesario que tengas presente que los ángeles están siempre a tu lado, especialmente tu Ángel Guardián, para que no te apartes del sendero correcto. Te protegen y guían en todo momento. Escrito está por mí, que a mis ángeles mandaré por vosotros, y os alzarán en las manos, para que nunca tropiece vuestro pie en piedra (….)

«El Mensaje Divino de los Arcanos del Tarot. El Viaje del Alma»

Te recomiendo leer como complemento a esta entrada: Arcano XIII. La Muerte, la Vida.

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