Dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que no voy a escribir nada más. La fotografía que le he hecho a mi hija, pienso que lo dice todo.
Un «instante mágico» qué nos regaló de una forma totalmente espontánea nuestra niña. Pienso que este momento precioso, define la esencia de este día tan especial. Viva la luz, bienvenido «Holywins». La oscuridad de Halloween que se vaya.
En otro «momento mágico», un «ángel» como lo llama ella, cobró forma sobre el asiento de un banco de piedra.
A nuestra pequeña la encanta coger y recoger elementos de la Naturaleza que encuentra en el lugar en el que estemos. Flores, piedras, ramas, hojas, palitos, frutos… Etc…
Mientras tanto, su padre y yo formamos el «esqueleto» de una figura que posteriormente iremos rellenando entre los tres, con las cosas que encuentra que más la gustan, hasta que «cobre forma«. Lo pasamos muy bien haciéndolo, ponemos mucho amor e imaginación en el «proceso». Hoy ha venido a «visitarnos» este peculiar «ángel del Día de Todos los Santos».
Me di cuenta mirando a este «ángel» de algo muy importante que muchas veces pasamos por alto, nuestro espíritu «cobra forma y se hace fuerte y bello» cuando otros nos aportan «algo o mucho de ellos»:
Pueden aportarnos flores, que simbolizan el amor que nos entregan y sienten hacia nosotros.
Pueden aportarnos palos, como símbolo de dos posibles escenas.:
– Como bastones de apoyo con los que podamos contar en los momentos difíciles especialmente o,
– Como «palos» que nos dan de forma traicionera, en cuyo caso servirán para no volver a caer en el mismo error con aquellas personas que nos han ofrecido ese tipo de «palos».
Pueden aportarnos piedras, también con dos posibles opciones:
– Las piedras que obstaculizan nuestro camino, impidiendonos transitar con seguridad y sin dificultad. Este tipo de piedras sirven para hacer más fuerte nuestro espíritu.
– Las piedras que sirven para construir nuestra «casa interior». No son piedras que obstaculizan sino todo lo contrario, ayudan a que construyamos o edifiquemos nuestro Ser.
Pueden aportarnos hojas. Las hojas pueden ser perennes o caducas. Así puede ser el amor y amistad que pueden darnos y dar nosotros , perenne o caduca. En cualquier caso, ambas contribuyen al crecimiento y fortaleza de nuestro espíritu.
Pueden aportarnos «frutos» que alimentan nuestro «estómago espiritual»».
Y por último, pueden aportarnos «alas«, para que podamos «volar«. Las «alas» que nos dan el amor que nos brinden todos aquellos que formen parte de nuestras vidas de un modo u otro.
Mi hija al terminar de «darle forma y vida de algún modo» a este «angelito», me dijo «mamá quiero tener alas como el ángel, ¡quiero volar! ¿Donde están mis alas?», y yo la dije, «cariño, tus alas somos tu padre y yo y todos quienes te queremos», y me dio un beso con un fuerte abrazo.
Volviendo al inicio de esta entrada, cobra aún más significado todavía, si cabe, la flor que nuestra niña aportaba de forma inesperada y espontánea, a la jardinera de flores de la tumba familiar. Una flor de amor para todos aquellos que antes nos aportaron tanto.
Feliz Día de Todos los Santos. Que la luz de Dios ilumine vuestras vidas siempre, y que vuestros Seres Queridos que ya han pasado al otro plano, estén en la Gloria del Señor.