¿Cuantas veces por diversas circunstancias nos consideramos derrotados? ¿Cuantas veces pese a que ponemos nuestro mejor esfuerzo, las cosas no resultan como deseamos? Y lo que es peor aún, antes de que alguien esgrima alguna palabra, nosotros mismos ya nos derrotamos.
Dejamos que la mala actitud afecte nuestra autoestima, y en lugar de aprender de esa área de oportunidad, nos cerramos sobre nosotros mismos y no aprendemos lo positivo de esa situación, nos consideramos tan perfectos en ocasiones, que no admitimos el que podamos cometer un error, pero, si cambiáramos nuestra actitud, comprenderíamos que esa debilidad, puede convertirse en una fortaleza aprendiendo a canalizarla.
Os hablaba en alguna ocasión de que cuando se nos presentan situaciones adversas o conflictivas en la vida, situaciones que no nos salen como nosotros quisiéramos, hay que mirar la otra cara de la moneda. y comprender que a la vez se nos están ofreciendo nuevas oportunidades, ya que toda adversidad lleva consigo una oportunidad, pero, a su vez, también es necesario que podamos aceptar nuestras limitaciones y desarrollarlas adecuadamente.
Tened siempre presente, que cambiando la actitud, podéis cambiar el mundo. La mayor parte de lo que nos pasa, depende de nuestra actitud, depende de nosotros mismos.
Os dejo bajo éstas líneas, una historia que creo os va a servir de ayuda.
Una buena actitud
Un niño pequeño salio al jardín para jugar con una pelota y un bate de baseball.
Se colocó en la parte central de su jardín, acomodó su gorra, fijó su vista en el horizonte y se dijo para sí: “Soy el mejor bateador del mundo” lanzó la pelota al aire pero falló el golpe.
Sin un segundo de vacilación, recogió la pelota, miró el solar que estaba contigüo a su jardín y lanzándola al aire de nuevo, dijo: “Soy el mejor bateador del mundo”. Falló de nuevo el golpe, falla numero dos.
Tomó nuevamente la bola, con una concentración mayor, con mas determinación diciendo.»¡Soy el mejor bateador del mundo!” la lanzó al aire y giró el bate con toda su fuerza. Y sin embargo, llegó a la falla numero tres.
El niño bajó su bate y sonrió ampliamente “¿Cómo ves?” dijo él: “¡Soy el mejor lanzador de todo el mundo!”.
Esta sí es una buena actitud. En algunas ocasiones, simplemente tienes que decidir fijarte en el lado bueno de la situación.
Cuando las cosas no salen como uno ha planeado, en lugar de cegarse, busca algo bueno en las circunstancias. Llena tu mente con pensamientos buenos. No importa en ocasiones si tienes la aptitud para hacer las cosas , lo que importa es que tengas la actitud adecuada para intentarlo.
La actitud (Charles Swindoll)
- Cuanto más amo, más compruebo el impacto de mi actitud en la vida.
- La actitud es a menudo más importante que los hechos.
- La actitud es más importante que el dinero.
- La actitud es más importante que el pasado.
- La actitud es más importante que las circunstancias.
- La actitud es más importante que los fracasos o los éxitos.
- La actitud es más importante que lo que la otra gente piensa, dice o hace.
- La actitud es más importante que la habilidad física, o capacidad mental.
- La actitud puede destruir una compañía… una asociación… o un hogar…
- Lo notable es que tengo una opción todos los días, con respecto a la actitud que abrazaré para ese día.
- No puedo cambiar el pasado.
- No puedo controlar el futuro.
- No puedo controlar cómo actuará otra persona.
- La única cosa que puedo hacer es controlar mi propia actitud.
- Estoy convencido de que la vida es 10% lo que me sucede, y 90% cómo reacciono a ello.
- Me doy cuenta de que todo depende de mí, porque yo estoy a cargo de mi actitud.