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El árbol de la Cruz.

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Pequeño extracto del apartado «El Tarot una Carta de Amor de Dios», que se encuentra en mis obras «Las Raíces Bíblicas Ocultas del Tarot» y «El Tarot Bíblico de Marsella. Las Cartas para hablar con Dios», correspondiente a los Arcanos XII, XIII, y XIV, con motivo de las fechas de Semana Santa en las que estamos.

¿Y si Dios hablara a través de las cartas?

(….) ¿Qué habría sucedido si mi Hijo Judas Iscariote nunca hubiera traicionado a mi Unigénito? Muchas veces te preguntas: ¿Por qué razón Yo no te contesto? ¿Por qué razón me quedo callado? , ¿Por qué motivo me quedo quieto y no hago nada? A muchos os gustaría que Yo os respondiera según vuestra voluntad y deseos… pero, mi forma de actuar es diferente. Yo conozco el pasado, el presente, y el futuro,  y si me quedo en silencio, es porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos.

Cuanto son los cielos más altos que la tierra, tanto están  mis caminos por encima de los vuestros, pues Yo conozco mis designios para con vosotros,  designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.

Yo tengo un propósito para cada uno de vosotros, y al igual que Judas supo cumplir con su misión en la vida, vosotros también tenéis que saber cumplir con la vuestra, lo mismo  también que supo cumplir con su misión mi amado Hijo Jesús, sacrificándose por todos vosotros en la Cruz. 

Si te fijas bien en la Cruz, verás reflejada en ella la silueta de un árbol. La madera con la que se ha hecho, el tronco en el que queda suspendido el cuerpo ejecutado con los pies clavados en él, y las ramas en las que clavan sus manos.  Todo esto, mi Amado Hijo en la Tierra, no es obra del azar.

El árbol  permite establecer una comunicación con los tres niveles del Cosmos:

El nivel subterráneo, por sus raíces que no dejan de crecer y recorren las profundidades de la tierra, en la continua necesidad de encontrar agua para alimentarse;

El nivel de la superficie, por medio de su tronco; que es el hilo conductor entre el cielo y la tierra,

y por último, el nivel de las alturas, a través de la copa y las ramas superiores, el árbol se conecta con el cielo.

En él siempre se reúnen la totalidad de los cuatro elementos naturales: el agua que fluye en su interior, la tierra que se integra en su cuerpo por las raíces, el aire que alimenta sus hojas y el fuego que surge de su fricción.

El Árbol simboliza la ascensión permanente de la tierra hacia el cielo en su verticalidad y es símbolo de Vida, por actuar como intermediario entre el cielo y la tierra.  Los hombres y mujeres lleváis en vuestro interior un árbol, por medio del cual alimentáis el deseo de crecer de la mejor manera, de evolucionar. Ese árbol interno es mi amado Hijo Jesús que habita en el corazón de cada uno de vosotros.

Su sacrificio ha conseguido que la muerte haya dejado de existir. Donde antes había oscuridad, ahora solo hay Luz, porque él es la Luz del Mundo.

Tanto amé al Mundo que entregué a mi Unigénito, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Si cumples con tu misión, alcanzarás la iluminación, y éste estado te conducirá a una transformación profunda, porque ha muerto una parte de ti que ya no necesitabas, y nace otra parte de ti  renovada en la Luz.

La muerte de Jesús os ha transmitido un mensaje muy importante «Yo soy el camino, la verdad y la vida».  Su resurrección, cambió por completo el concepto de muerte que hasta ese momento había tenido la Humanidad, y lo que os deja como enseñanza y aprendizaje es que ninguno de vosotros muere, simplemente sufrís una transformación.

En éste viaje de experiencias en la vida, sufriréis varias “muertes”, y varias transformaciones, sólo así podréis crecer y extender vuestras alas, al igual que la oruga las extiende, cuando deja su capullo convertida en una bella mariposa. Dejáis atrás lo que ya no necesitáis, y dais la bienvenida a lo nuevo que viene. Toda muerte trae consigo siempre un nuevo nacimiento. Comprende que todo muere para asegurar la vida. Si recibes el regalo de mi Hijo Jesús, me recibes a Mí, y ninguna cosa te podrá separar otra vez de mi amor.

A través de ese amor eterno que siento por ti y de la reciente transformación producida, comienzas otra etapa nueva en la que encuentras la vía en la que alcanzas la Templanza, ya que conectas con una radiante armonía, que te lleva a conseguir un equilibrio interior entre lo material y espiritual. Sólo de esa manera puedes lograr alcanzar la felicidad. Además, es necesario que tengas presente que los ángeles están siempre a tu lado, especialmente tu Ángel Guardián, para que no te apartes del sendero correcto. Te protegen y guían en todo momento. Escrito está por mí, que a mis ángeles mandaré por vosotros, y os alzarán en las manos, para que nunca tropiece vuestro pie en piedra (….)

«El Mensaje Divino de los Arcanos del Tarot. El Viaje del Alma»

Te recomiendo leer como complemento a esta entrada: Arcano XIII. La Muerte, la Vida.

Semana Santa: Arcano Mayor XIII; «La Muerte, la Vida»

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Aprovechando que estamos en plena Semana Santa en España, quiero compartir con vosotros el apartado correspondiente al Arcano Mayor nº XIII, que aparece en mi extensa obra «Las Raíces Bíblicas Ocultas del Tarot» en la que analizo profundamente el significado bíblico oculto existente en los Arcanos del Tarot de Marsella, y me doy cuenta y descubro estudiando el simbolismo de cada naipe, que en realidad el Tarot de Marsella es la Biblia en imágenes.

Las cartas del Tarot de Marsella representan diferentes pasajes bíblicos muy famosos, ilustrados de forma «simbólica» y encaminados a enseñar la Palabra de Dios a la gente sencilla en la época de la Edad Media, época en la que fue creado.

En el Medievo mucha gente no sabía ni leer ni escribir, de hecho, un altísimo porcentaje de personas eran analfabetas,  ya que el conocimiento solo estaba en manos del Clero (clérigos y monjes) y de la Aristocracia medieval. El pueblo “llano” era gente sencilla, humilde, con poca preparación “intelectual” dedicado a las labores cotidianas y a oficios que no requerían esos conocimientos “elevados·”.

En la Edad Media, la ideología cristiana imbuye las relaciones sociales y políticas. Existía una profunda religiosidad. Dios era el centro de todo, lo rige todo, incluso las actividades humanas (Teocentrismo).

Sin embargo, los cristianos de aquellos tiempos no tenían obligación de leer ni de escribir. Quienes sabían leer, leían solamente los textos más conocidos de la Biblia, como los Salmos, los pasajes y meditaciones sobre la Pasión de Cristo, devocionarios y fragmentos en general de diferente índole.

Como las “barajas de la suerte” y/o “primeros Tarots”, se enmarcan dentro de este contexto de intensa religiosidad y creencia en Dios, es lógico pensar, que a algún o a algunos monjes o clérigos de buena fe, se les ocurriera poder enseñar y transmitir la Palabra de Dios de alguna manera, a toda la población analfabeta, además de “oralmente”, y dado que la inmensa mayoría de la población no sabía ni leer ni escribir, y conocían “las barajas de las suertes”, ¿por qué no crear una baraja que contenga las enseñanzas de Dios para que todo el mundo pueda conocer su Palabra?. Las imágenes o dibujos de las cartas las pueden entender todos, y además, de este modo,  incluso se aprendía de forma “lúdica” o amena.

Eruditos o analfabetos, ricos o pobres,  miembros de la Iglesia o no, todos pueden de este modo, llegar a conocer la Palabra de Nuestro Señor.

  “Pues, las imágenes en las iglesias son útiles para que los iletrados, mirándolas, puedan leer al menos en las paredes lo que no son capaces de leer en los libros” (Romano Pontífice Gregorio Magno)

El Tarot, a través de sus ilustraciones (iconos), es una herramienta y un camino hacia el conocimiento espiritual interior, una senda para encontrarnos con nuestra Divinidad interna, con nuestro Padre Celestial que nos ama incondicionalmente, y nos espera al final del trayecto con los brazos abiertos para darnos todo su amor. Él siempre está para nosotros, siempre. La cuestión es ¿y nosotros, estamos para Él?

Por ello, y llegados a este punto: ¿Sabías que la famosa ilustración del Tarot en la que se representa a un esqueleto segando con su guadaña, más conocida por todos como «La Muerte», es en realidad un simbolismo de Nuestro Señor Jesucristo?. ¿Sabías que esta carta en verdad lo que representa no es la Muerte sino la VIDA con mayúsculas?.

Si no lo sabías y quieres saberlo, continúa….. 🙂

Significado al derecho: Renovación, Transformación. Fin de una  etapa. Conexión con el mundo espiritual. Transición. Renovación. Liberación.

Significado al revés: Depresiones, enfermedades incurables, grandes desilusiones, accidentes, incapacidad de avanzar y de crecer en la vida.

Bienaventuranza asociada: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”

Referencia Bíblica: 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera (Gólgota), le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.. (Lucas 23, 33-34)

El Arcano nº XIII, el Arcano sin nombre, así aparece en el Tarot de Marsella.

La mayoría de los estudiosos del Tarot, lo llaman el Arcano de “La Muerte”, y en numerosos Tarots más antiguos que el marsellés y también más modernos, sí que lo denominan como “La Muerte”.

Lo cierto es que al contemplar el naipe, lo que se ve es un esqueleto o semiesqueleto, porque aparenta tener carne sobre los huesos. Esta figura sostiene con ambas manos una guadaña con la que parece cortar cabezas y miembros del cuerpo humano, ya que se ven manos y pies desperdigados por el suelo.

Las cabezas cortadas llevan ambas una corona puesta, tanto la cabeza del hombre como la cabeza de la mujer, lo que da a entender que de esta “siega” nadie se libra, ni pobres, ni ricos, ni reyes, ni humildes, ni locos ni cuerdos, ni sabios ni necios…. nadie en definitiva, se escapa de esta guadaña. Sin embargo, también se ve hierba crecer, no todo aparenta ser “muerte”.

Si nos fijamos detenidamente en la figura esquelética, nos damos cuenta de que su columna vertebral, y sus costillas o ambos costados, tienen forma de espiga de trigo, de hecho, si lo miramos bien, vemos incluso una flor de color rojo en el cuello del supuesto esqueleto. Lo que nos hace recordar la floración del trigo.

Otro detalle importante es el número del Arcano. El trece, se asocia directamente con nuestro Señor Jesucristo,  ya que eran los doce Apóstoles más él. Jesús era el Apóstol número 13.

Además, y como vimos al comienzo de este libro, el nombre de Dios en el alfabeto hebreo daba el número 26, y dato relevante para este estudio bíblico de los naipes, es que el número 13, es la mitad exacta de 26. El número Divino o número de Dios. Y aquí encontramos la conexión exacta entre la figura semiesquelética, y Jesucristo.

Hemos de considerar que Jesucristo era mitad hombre o humano, y mitad Dios, ya que era Dios hecho hombre. O lo que es lo mismo, mitad carnal, mitad espiritual, por eso el número 13 adquiere todo su sentido.

Volviendo a la figura semiesquelética del naipe, nos damos cuenta de que quien la ilustró, lo hizo pensando en lo mismo, por eso es mitad carnal y mitad esqueleto, obviamente el esqueleto simboliza la muerte,  y por tanto, lo que deja de ser carnal y pasa a ser espiritual. Es decir, lo mismo que Jesucristo.

A su vez, el ilustrador o ilustradora del naipe Marsellés, quiso dar a entender que el cuerpo del semiesqueleto era una espiga de trigo en floración, como ya se comentaba en párrafos anteriores.

Existen iconos antiguos que representan esa espiga de trigo dentro del cuerpo de Jesús crucificado.

Todo lo que estamos analizando adquiere especial relevancia, cuando leemos en la Biblia el relato que hace Juan de una de sus visiones en Apocalipsis 14, 13-19 :

13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.

15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.

16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.

17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.

18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.

19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.

Este relato de Juan, es lo que vemos que está haciendo la figura que aparece en el Arcano número XIII. Por tanto, el Arcano de “La Muerte”, sin duda es bíblico.

El personaje semiesquelético, es una alegoría de la figura de Dios o de Jesucristo. Quien ilustró este naipe del Tarot de Marsella, está simbolizando a Dios o a Cristo, en una gran espiga de trigo en floración que va segando con su guadaña (la hoz), el fruto ya maduro de “la tierra”.

Por otro lado, vemos como el ser mitad carnal, mitad espiritual, tiene debajo de su pie derecho (color carne), la cabeza de una mujer que lleva puesta una corona ¿una Reina?, y debajo de su guadaña, también se ve la cabeza de un hombre con corona ¿un Rey? Además vemos unas manos y un pie que asoman sobre la tierra.

Si leemos 2 Reyes 9, 35:

“35 Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.”

Esta descripción se refiere a los restos mortales que quedan de la maligna Reina Jezabel, casada con el también malvado Rey Acab, de acuerdo al cumplimiento de una profecía de Elías (El Ermitaño en el Tarot como se vio anteriormente).

Podemos observar con claridad a quien pertenecen las manos, los pies y las dos cabezas (hombre y mujer) que llevan una corona y aparecen asomando sobre  la tierra que está segando la figura semiesquelética.

Si leemos a San Pablo, en 1 Corintios 15, 25-26, nos daremos cuenta de lo que significa:

“25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. (El Rey Acab y la Reina Jezabel eran enemigos de Dios)

26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

Efectivamente el Unigénito de Dios o Dios mismo, es la gran espiga de trigo  ya madura, que va esparciendo sus granos en el Mundo, con la esperanza de que todos los campos de la Tierra, se llenen de espigas en flor como él, y llegado el momento, cuando todas esas espigas estén maduras, se ·meterá “la hoz” para “segarlas” y “llevarlas al Granero de Dios”. Los granos que no hayan crecido y no hayan dado buen fruto, serán desechados y no irán a ese “Granero del Cielo”.   

Teniendo en cuenta que con el trigo se hace el pan, la enseñanza principal es lo que el mismo Jesucristo nos dejó dicho:

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6,51)

Por tanto, el Arcano Mayor número XIII, es la carta de la Transformación, es la Vida de aquel que entregó su vida por amor a nosotros, para salvarnos de nuestros pecados y que ahora nos da una vida eterna en el Reino de los Cielos.  Sólo nos pide una cosa a cambio, que lo sigamos, que lo amemos como él nos amó a nosotros, y también que amemos a nuestro prójimo.

En, Isaías 53:3-5, encontramos unas hermosas e inspiradoras palabras, que enlazan con todo lo anteriormente expuesto:

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él, el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

De esa Curación y Transformación da buena cuenta nuevamente San Pablo en 1 Corintios 15,  36-58. Nos encontramos aquí con una excelente explicación del Arcano número XIII:

36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;

38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Los padres de la Iglesia, como recordó el Papa Francisco,  en una Misa Matutina en la Capilla de la Domus Sanctae Marthae, en Septiembre de 2013:

 «Comparaban siempre el árbol del Paraíso con el del pecado. El árbol que da el fruto de la ciencia, del bien, del mal, del conocimiento, con el árbol de la cruz».

El primer árbol «había hecho mucho mal», mientras que el árbol de la cruz «nos lleva a la salvación, a la salud, perdona aquel mal». Este es «el itinerario de la historia del hombre». Un camino que permite «encontrar a Jesucristo Redentor, que da su vida por amor».

Un amor que se manifiesta en la economía de la salvación, como recordó el Santo Padre, según las palabras del evangelista Juan.

Dios —dijo el Papa— «no envió al Hijo al mundo para condenar el mundo, sino para que el mundo sea salvado por medio de Él». ¿Y cómo nos salvó? «Con este árbol de la cruz». A partir del otro árbol comenzaron «la autosuficiencia, el orgullo y la soberbia de querer conocer todo según nuestra mentalidad, según nuestros criterios, también según la presunción de ser y llegar a ser los únicos jueces del mundo». Esta —prosiguió— «es la historia del hombre». En el árbol de la cruz, en cambio, está la historia de Dios, quien «quiso asumir nuestra historia y caminar con nosotros».

Es justamente en la primera lectura que el apóstol Pablo «resume en pocas palabras toda la historia de Dios: Jesucristo, aun siendo de la condición de Dios, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios». Sino que —explicó— «se despojó de sí mismo, asumiendo una condición de siervo, hecho semejante a los hombres». En efecto Cristo «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz». Es tal «el itinerario de la historia de Dios». ¿Y por qué lo hace?, se preguntó el Obispo de Roma. La respuesta se encuentra en las palabras de Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna». Dios —concluyó el Papa— «realiza este itinerario por amor; no hay otra explicación». (L’Osservatore Romano)

     Muchos empiezan el Viaje espiritual, el Sendero de la iluminación y transformación, y caminan un pequeño trecho, pero se cansan pronto y se desilusionan, lo que les lleva de regreso al principio del Camino.

Unos pocos llegarán a viajar  hasta los pies del Monte de La Calavera, y una vez allí, volverán de regreso.  Muchos menos aún, podrán lograr subir la cuesta; pero, son muy pocos y raros entre ellos, aquellos quienes dejarán ser atados a la Cruz.

 La Biblia afirma que incluso los discípulos de Jesucristo le siguieron de lejos. Y así fue, ya que solamente su Madre la Bendita Virgen María, la hermana de ésta, María de Cleofás, San Juan y María Magdalena, permanecieron al pie de la Cruz y vieron la consumación de la Gran Tarea. (San Juan 19, 25-27)

Consejo: La muerte ha dejado de existir desde que vino al Mundo Jesucristo, él nos ha transmitido un mensaje muy importante «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Su resurrección, ha cambiado el concepto de muerte totalmente, ya que nosotros no morimos, simplemente nos transformamos, y eso es lo que ésta carta representa. Dejamos atrás lo que ya no necesitamos, y damos la bienvenida a lo nuevo que viene. Toda muerte trae consigo siempre un nuevo nacimiento.

Letra del Alfabeto Hebreo asociada:  מ  Mem (M)

Correspondencia con el Salmo 119:  Versículos 97- 104

      Mem es la decimotercera letra del alfabeto hebreo. La Mem, la letra del «agua» (maim), simboliza la fuente de la Sabiduría Divina de la Torá. Mem es el símbolo de la corriente de la vida y del agua que nos revela lo que está oculto.

Mem indica el flujo y el reflujo de los cambios causados por el nacimiento y la muerte. Este es el principio reformador de la vida, que se hace mediante transformaciones sucesivas, generando el movimiento perpetuo de la vida. Estos cambios impulsan la renovación y producen un renacimiento permanente. Mem es la matriz, el lugar de gestación propio a todo nacimiento.

      El trece es un número importante a través de toda la Biblia.

      En el Antiguo Testamento tenemos la historia de Jacob quien, como un sol central, es rodeado por sus doce hijos.  A cada hijo otorga su bendición espiritual y su correspondiente herencia material. 

      La vida, los hechos y las enseñanzas de los Doce Patriarcas son la base del Antiguo Testamento.

     En el Nuevo Testamento hallamos al Señor Jesucristo como el Sol Central.  Alrededor de esta gran Vida están agrupados los doce Discípulos, quienes llegan a la iluminación con su poder y su gloria, y son sus vidas, palabras y hechos, los que forman la base del Nuevo Testamento.

Te recomiendo leer:

https://unlugarenelarcoiris.wordpress.com/2023/04/08/el-arbol-de-la-cruz/

El Tarot Bíblico de Marsella y Las Raíces Bíblicas Ocultas del Tarot ya en las librerías

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Os presento el «Booktrailer» de mis dos obras «El Tarot Bíblico de Marsella» y «Las Raíces bíblicas ocultas del Tarot» con gran ilusión 😃. Me ha llevado 6 años terminarlo todo. Mucha investigación, mucho trabajo y mucho amor puestos en ambas obras. Ya a la venta en las librerías gracias a Punto Rojo Libros, que acaba de hacer realidad mi sueño de ver maravillosamente editado mi trabajo de tantos años. Se pueden adquirir por separado.

Lo ideal sería tener las dos. Gracias por vuestra atención y por compartir. ❤️😘😘

Características físicas:

El Tarot Bíblico de Marsella. Las Cartas para hablar con Dios.

ISBN : 978-84-15428-12-1
Tamaño de la caja: 16x10x6 cm plastificada brillo a todo color. Cartón piedra.
Tamaño de las cartas: 14 x 9,5 cm. Ambas caras plastificadas brillo, todo color, filtro anti UVA, cantos redondeados, 350 grm. cartón. Bordes dorados.
Número de cartas: 80 naipes.
Manual de los naipes: 284 páginas a todo color. Portada solapas de 300 gr plastificada y a todo color.
Precio: 37 euros

Las Raíces Bíblicas Ocultas del Tarot:

ISBN:978-84-19093-06-6
Libro de 432 páginas a todo color de 100 grm. con portada de 300 grm con solapas a todo color y plastificada en brillo. Tamaño 15 x 21 cm
Precio: 32 euros
Punto Rojo Libros