Hola amigos,
Tras éstas vacaciones de Semana Santa que me he tomado, vuelvo para contaros un poco la Tradición de los Huevos de Pascua, y dejaros unas cuantas fotografías de una exposición de Huevos gigantes de Pascua, decorados por niños de diez colegios, que creo merece la pena que veáis porque eran preciosos. Aquí en Asturias (Norte de España), los llamamos «Güevos Pintos». No se me ocurre mejor manera de desearos unas Felices Pascuas. Cristo ha resucitado, y con él todos quienes lo llevamos en el corazón. Dentro de poco será su Ascensión a las alturas que también celebraremos.
Quiero contaros de forma sencilla de dónde surge ésta bonita tradición, porque mucha gente no lo sabe y hoy es un buen momento para ello, ya que es una historia con mucho encanto.
Según me han contado a mi y tengo entendido desde hace años, ésta tradición surge en el siglo IV (cuarto). En aquella época la Iglesia decía que no se debían comer huevos en Cuaresma, ya que equiparaban el huevo a la carne pero no se daban cuenta de una cosa, las gallinas ponen huevos siempre y no van a dejar de ponerlos en Cuaresma, lo que provocaba que la gente que las tenía los recogía, no los tiraba, porque les daba mucha pena, incluso les parecía pecado a muchos, al fin y al cabo, era comida, con lo cual lo que hacían en esos días de sacrificio en la comida, era guardarlos hasta que terminara la Cuarema.
Una vez llegaban a su fin éstos días de sacrificio para los cristianos, quienes habían guardado los huevos, se daban cuenta de que tenían muchos almacenados, lo que originó la idea de regalarlos como presente u ofrenda, para darles salida, decorándolos para que quedaran como un regalo muy original y aún más bonito y vistoso. Los huevos que llevaban más tiempo guardados se decoraban/pintaban con motivos alegres y coloridos y se regalaban en cestas. Los huevos más frescos se utilizaban para la comida. De éste modo se aprovechaban todos los huevos para una cosa o para otra.
En el siglo XII (doce), la Iglesia dio su bendición a ésta Tradición y desde entonces el huevo simboliza la Resurreción de Jesucristo. Hoy en día, abuelos /as, padrinos/madrinas, entregan a sus niet@s y/o ahija@s estos huevos que se llevan a bendecir en la Misa de Pascua por lo general.
Además de todo lo relatado, conviene saber también, que la simbología del huevo, realmente va muy unida a la de la resurrección, porque la Pascua coincide con el resurgir de la Naturaleza, la Primavera, después del largo letargo invernal. El huevo desde muchos siglos atrás ha simbolizado la fecundidad, la vida y la renovación, por tanto, la asociación Pascua y huevo, no puede ser más certera o ideal.
Además, el huevo representa a los 4 elementos de la vida o de la naturaleza. La cáscara representa al elemento tierra, la membrana ,al elemento aire, la clara el elemento agua, y la yema el elemento fuego.
Hasta aquí lo que yo sé. Espero que os haya gustado.
El huevo que ilustra ésta historia es mi huevo de éste año (Güevo Pinto), ya bendecido como reza la tradición. Los personajes que véis, es una familia protagonista de un cómic muy popular, aquí en Asturias. La madre se llama Telva, el padre Pinón y el hijo Pinín.
Y siguiendo con ésta tradición de los Huevos de Pascua, o «Güevos Pintos», os quiero dejar también las fotos de la exposición de «Güevos Pintos» gigantes, de la que os hablaba al comienzo de ésta entrada, la cual tuve oportunidad de ver la semana pasada y me encantó.
Una vista general de la exposición, que fue en un gran Parque Comercial.
Se concedían tres premios. El primer premio, lo ganó el huevo decorado magníficamente, que aparece a mi derecha. Los árboles me apasionan, así que además, era mi huevo favorito claro.
Os dejo un par de fotos más para que lo apreciéis mejor por sus diferentes lados, porque la verdad es que tiene muchísimo trabajo éste huevo.
El segundo premio, se lo llevó un huevo que no podía ser más adecuado para ésta época, y era el huevo que estaba ubicado en el centro de la exposición. El huevo que representaba al «pollito» amarillo típico de éstas fechas. Muy bien conseguido, y verdaderamente simpático, llamaba la atención a primera vista.
El tercer y último premio se lo llevó un huevo estilo «abstracto», muy colorido con motivos de Asturias, que también véis aquí, en tercera posición.
Por último, el resto de los huevos, lo cierto es que a mi me encantaban también. Siempre tienes algún o algunos favoritos lógicamente, pero a mi particularmente ésta exposición me ha parecido toda ella espectacular, y todos los trabajos realmente preciosos. Mis felicitaciones desde aquí a todos los colegios y niños que hicieron posible ésta magnífica exposición, trayendo con ella el Espíritu de la Pascua.
Tercer premio.
Y más huevos. Todos deberían haber tenido un premio porque lo merecen con creces.
Espero que os gusten tanto como a mi me gustaron.
Un abrazo a todos.
Ángeles